¡La pasamos bueno!
El día 8 de febrero se realizaron actividades lúdicas y recreativas en la jornada de la tarde.
Los niños participaron activa y positivamente, su comportamiento fue excelente, fueron muy receptivos y la actividad posibilitó que se descubrieran talentos, hasta la profesora Alexandra Ortiz, Gina Domínguez, Omar Melo, mostraron sus dotes de cantante.
Los géneros musicales no se hicieron esperar; interpretando vallenato, regaeton, popular y música cristiana.
Un agradecimiento a los profesores encargados de la actividad: Lina Restrepo,Oscar Martínez, Martín Moreno, Berenice Fernández, Pedro Pablo Delgado y a los demás docentes que acompañaron en la actividad.
¡Felicitaciones! a todos los jóvenes que participaron y colocaron su talento, sus ganas e hicieron de esta tarde un espacio de paz y convivencia, igualmente para los que sudaron la camiseta en la cancha y a los nuevos directores técnicos como los profesores Luis Felipe Salazar, Martín Moreno y Pedro Delgado.
Esperamos que estas actividades se sigan realizando con frecuencia, esto es, CULTURA EUSTAQUIANA.
POR LA CONVIVENCIA EN LA JORNADA DE LA TARDE
UNA TARDE DE PAZ, ALEGRÍA Y MUCHO TALENTO NOS DEJÓ LA JORNADA DE FÚTBOL EUSTAQUIANO EL PASADO VIERNES EN LA SEDE CENTRAL
Goles, gambetas, abrazos, respeto y amistad, alegría y mucho talento, fueron los protagonistas en este torneo. Con la participación de una docena de equipos de estudiantes, se llevó a cabo la jornada de fútbol eustaquiano en la Sede Central Jornada Tarde. Los encuentros, que promovían la sana convivencia y el sano uso del tiempo libre, se desarrollaron en medio de un ambiente de mucha amistad, respeto, paz y alegría. Este minitorneo se dividió en dos secciones, una con equipos de sexto a octavo de bachillerato y otra con equipos de noveno a once. Estuvo liderada, coordinada y dirigida por los docentes de la jornada de la tarde de la sede central. La idea era jugar un “todos contra todos” e ir sumando puntos. La competencia se dividió entre masculino y femenino y por supuesto estuvo muy reñida, gracias a la gran calidad de los estudiantes que jugaron sus partidos en cuatro canchas. Al final no hubo ni perdedores ni ganadores. Aquí ganó la esperanza y brilló el deporte eustaquiano con luz propia.