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Entrevista con el pasado

"Ser profesora siempre lo llevé en la sangre"

Para conmemorar la infancia, ese jardín de nuestras vidas, le propuse a la profe Ginna Domínguez una charla. Muy amablemente, aunque con cierta timidez, aceptó. Ecos de un viaje al pasado.

Por Jeison González. Jefe de Redacción/ Vozeustaquiana.com
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Omar Melo y Ginna Domínguez, el dúo perfecto
Mg Ginna Domínguez
Entrevista

Profe Ginna, ¿Cómo fue tu niñez?

En general fue buena, me sentí amada y protegida.  A pesar que hubo cosas que no debieron pasar, siempre sentí el amor de mis padres.   Además somos una familia grande por ambos lados, así tuve una gran cantidad de primos y primas, para jugar, pelear, montar coreografías, dejar volar la imaginación y aprender a defendernos de las burlas de los primos mayores.  Pero me divertí mucho.

 

¿Cuándo fue tu primer beso?

Como a los 14 años, con alguien que me gustaba pero no fue lo que esperaba.  De hecho, salí corriendo a lavarme la boca.

 

¿Cómo era la educación en su infancia?

Pues me eduqué en un colegio privado de monjas franciscanas, éramos solo niñas y en general, era bastante estricto.  Disfrutábamos enormemente los descansos, corríamos todo el tiempo en juego grupales; pero cuando entrábamos a clase había que guardar el orden y la disciplina, aprendí a trabajar en grupos, a hacer carteleras para todo, había que montar bailes y obras de teatro para celebración especial; creo que se equilibraban mejor lo lúdico, lo académico y la formación espiritual.

 

¿A qué edad se enamoró?

Creí estar enamorada a los 15, pero luego me di cuenta que eso fue una ilusión pasajera que me hizo llorar mucho en su momento, pero nunca se pareció al amor que llegué a sentir mucho tiempo después. Definitivamente, enamorarse y amar son verbos muy diferentes.

 

¿De pequeña qué quería ser?

Quería ser muchas cosas: cantante, ingeniera, veterinaria, pero lo irónico es que siempre jugaba a ser profesora, así pues creo que siempre lo llevé en la sangre.

 

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¿Cómo eras en el colegio?

Responsable pero poco ordenada, casi siempre dejaba todo para el final y eso me llevó a muchos trasnochos, por eso les aconsejo hacerlo mejor que yo.  

 

¿Eras muy cansona o más bien tranquila?

La verdad, creo que fui tranquila, generalmente servía de mediadora entre compañeras y entre primos. 

 

¿De que pilatuna te acuerdas?

Pues cuando estábamos en segundo, había una niña que siempre nos arrebataba las cosas o lo que estuviéramos comiendo.  Una vez con mi mejor amiga, estábamos recorriendo el patio y habíamos encontrado cerca  a la cafetería una planta de ají, nos parecieron preciosos rojos y llamativos y los empezamos a recoger en una bolsita,  de pronto llegó nuestro personaje y nos preguntó que eran, le dijimos que bananas, ella se las arrebató a mi amiga y se metió como tres;  obviamente se puso roja y casi le da algo.    Nos metimos en un lío momentáneamente, pero ella fue quien los arrebató,  no se los ofrecimos (pero si dijimos una pequeña mentira);  finalmente nunca nos volvió a quitar nada. 

 

¿Qué te gustaba hacer de pequeña?

Disfrazarme, leer cuentos y nadar ( así fuera en un charco no muy profundo hecho en el río)

 

¿Cuáles eran tus materias favoritas?

Dibujo y castellano.

 

¿Cuál es el recuerdo de su niñez que le hace sonreír?

Los viajes por tierra que hicimos con mis padres a la costa, me encantaba oír las historias de mi papá y las paradas en cada pueblo o lugar histórico; todo era una aventura  y por fin, disfrutar del mar así no fuera un hotel lujoso, siempre disfrutamos mucho de estar juntos.

Maestros eustaquianos, con mucho aprecio
Con mucho cariño de Proyectos Transversales
Elaboró Andreum Daniel Rojas
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