VOZ Eustaquiana
Periódico Digital
Hablemos de sexualidad
Hablar de sexualidad es un tema que, aunque en la contemporaneidad ha tenido avances, aún se sigue evidenciando prejuicios y tabúes al respecto. En estos momentos de cuarentena han aumentado las cifras de abusos sexuales a menores de edad asunto que genera alarma y preocupación por la vulnerabilidad de las niñas, niños y adolescentes ya que en algunos hogares los abusos y acosos sexuales están naturalizados.
Desde mi quehacer como psicóloga he escuchado historias de dicha índole, ya que han sido un número significativo de narraciones de personas que constantemente llegan a mi vida, ya sea a nivel profesional o en casuales encuentros en los que han expresado que fueron abusadas y abusados en su mayoría de veces en su infancia y como dicho acto desencadenó historias de dolor. En los que por su contexto familiar y a causa de la escasez económica
fueron vulnerables ante aquellas mentes criminales que aprovecharon la más mínima oportunidad para atacar, aunque la precariedad económica no es el único factor de vulnerabilidad en casos de abuso sexual, si es uno de los más constantes; esto sin descartar que el abuso y acoso sexual se ve permeado en todos los estratos socioeconómicos.
De igual manera, existen personas que una vez han descubierto dicho acto de abuso optan por ignorar la situación porque reconocer, asumir y sacar a la luz se convierte en un acto de valentía que no todos tienen.
Se hace necesario y casi que obligatorio hablar de sexualidad, por esto quiero resaltar un concepto que tomé de un artículo que leí y me parece muy apropiado el cual define la sexualidad “como más que el acto meramente biológico o genitalizado comprendiendo que esta se construye a partir de diversos ámbitos como lo son lo social, cultural, económico, pensamientos, fantasías y valores” de ahí se atribuye que cada uno tiene su propia historia y construcción de vida sexual. Posiblemente para algunos sus recuerdos en cuanto a sexualidad se convierten en historias de dolor, pensando que dichos actos de abuso eran normales.
Por lo tanto, si es bien sabido respetar la sexualidad de cada persona es necesario que si usted es un cuidador, madre o padre de familia tenga en cuenta la importancia de abordar este tema, ya que no se debe dejar la responsabilidad meramente a las instituciones educativas, sumado a ello tengamos en cuenta que cada vez brilla por su ausencia esta formación en las aulas de clase.
Nacemos siendo seres sexuales, pero reconocer esto en las niñas y niños no suele ser cotidiano ya que es como si quizás se creyera que la sexualidad aparece con los años cuando crecen los senos o con el cambio de la voz, es por eso que en muchos hogares de manera castrante se les prohíbe a los menores hablar del tema y quedan con una serie de enormes cuestionamientos y dudas que finalmente son resueltos por el maestro llamado Google, YouTube y amigos de su misma edad, que en su mayoría carecen de dicho conocimiento. Con esto quiero incentivar a los padres de familia, cuidadores y demás que promuevan una comunicación clara y como quizás usted hubiese querido que le respondieran sus dudas y cuestionamientos de niño, no permita que sus hijos tengan ideas erradas de lo que es la sexualidad; situación que podría contribuir a no ser vulnerables
Tenga en cuenta las siguientes sugerencias para hablar de sexualidad con niñas, niños y adolescentes
1. Venza y traspase sus prejuicios.
2. Hable de manera clara y abierta, piense que hablar de pene y vulva es igual que referirse a las manos o los ojos, siendo esta una parte más del cuerpo.
3. Genere un ambiente de confianza para que le pregunten aquellas dudas que tienen
4. Piense que hablar de sexualidad no es sinónimo de promover las relaciones sexuales a temprana edad.
5. No hable desde sus miedos.
6. Reconozca que nacemos siendo seres sexuales.
7. Lo que usted no les diga respecto a derechos sexuales y reproductivos lo harán otros y quizás no de la manera más apropiada.
8. El desconocimiento en derechos sexuales y reproductivos los puede hacer vulnerables.
9. Observe las respuestas de sus hijos y si percibe que debe hablar más acerca de un tema permítaselo.
10. No invalide o ridiculice sus cuestionamientos.
11. Exprésele que puede contar con usted respecto a cualquier duda, cuestionamiento y demás.
12. No asuma como obvias preguntas que cree usted ya ellos conocen.
MARCELA ONZAGA.F
PSICÓLOGA ESPECIALISTA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA
Duelo en niñas, niños y adolescentes, una realidad poco hablada
